lunes, 7 de febrero de 2011

SEDUCCION FEMENINA

Por qué la vida es tan injusta? Unas seducen casi sin proponérselo y otras tienen que recurrir a las estrategias más insospechadas para ligarse a ese chico que les hace palpitar. Tanto si eres de las primeras como de las segundas no te va a hacer ningún mal ojear estas sugerencias. Si las pones en práctica y sales sola del local de moda, será porque tú lo has decidido. Seducir es un arte complicadísimo. Y, como en la mayoría de disciplinas artísticas, puedes confiar en ese don natural que la madre naturaleza puso en algunas personas. Pero si no te sientes privilegiada por ese duende, geniecillo de la seducción, no desesperes. Numerosos artistas han rechazado las musas y han confiado en las técnicas que se aprenden practicando. Te proponemos unas sencillísimas sugerencias para ligar. Claro que aquí sólo sentamos algunas bases teóricas, la práctica (que es lo fundamental) es cosa tuya.
Ligar es sinónimo de divertirse. Entra en los bares musicales, en las discotecas o en cualquiera de los sitios en los que quieras ligar con una amplísima y sincera sonrisa. Adéntrate en la noche despejando cualquier indicio de tristeza o melancolía. Proclamar a los cuatro vientos tus penas y tus angustias puede frenar al hombre más motivado.

Hay algunos temas tabúes en la primera conversación con un desconocido: el sexo y el dinero. Aunque pueda parecer contradictorio, evidenciar que lo que buscas es una aventura inmediata puede llegar a romper el embrujo del momento. Puedes jugar al equívoco y ser esquiva con el tema. Respecto al dinero, es imposible seducir a un hombre presumiendo de tu fantástica situación laboral y económica o lamentándote de tu escasa fortuna.

Tienes que dar pistas e indicios. Si acudes a un local con un grupito de amigas, hablas y bailas sólo con ellas, todo el mundo pensará que no estás interesada en conocer gente nueva. No se trata de que te quedes desamparada en la barra del bar, sino de que de vez en cuando dejes claro que, aunque no estás sola, buscas compañía.

Explora el local y detente cuando encuentres a una posible presa. Empieza ahora el juego de miraditas, sonrisas, bailes y contoneos sensuales.

Y si no surte efecto... ¿qué haces esperando que él dé el paso? ¿Y si es un tímido sin remedio? Pónselo fácil. Acércate y háblale. Si intuyes que está un pelín impresionado por tu atrevimiento, no seas demasiado brusca. ¡Puedes asustarlo!

Dos es el número ideal para ligar. Lo mejor es acudir al local de moda con una amiga: dos chicas solas en mitad de la noche ya es un buen reclamo.

No desesperes, no te obsesiones y sé selectiva. ¡Vale! Has salido esta noche para ligarte un hombre impresionante y no estás teniendo demasiado éxito. ¡No pasa nada! Ensayo y error: este es el argumento de la mayoría de experimentos científicos y, en el ligoteo también debe aplicarse. Hoy lo pruebas y falla, pero... ¿vas a rendirte? ¿Y si tu día de suerte es mañana?

No confundas el ligue de una noche con el amor de tu vida. Este es el consejo que debe rematar tu noche de pasión. Si empezaste una historia como una aventura, lo más probable es que termine así. ¡No te engañes! 

De flor en flor...

Como las laboriosas abejitas viajas de flor en flor en busca del más exquisito néctar... No te vas a conformar con el sabor de esa primera flor porque... ¡quién te dice que no hay mieles más sabrosas! ¡Cuidado! Si te lanzas a la vida disoluta y a la pasión sin freno, debes tener en cuenta ciertas precauciones porque... tarde o temprano, los excesos quizá te pasen factura. 

No hay un límite de aventuras al año, ni un término medio, ni un período de duración... No valores comparativamente tu vida sentimental. Cada cual es como es. Y si mientras tus amigas han tenido siempre el mismo novio tú has tenido cinco... ¿qué más da? ¿Qué puedes hacer si cada vez que destapas un hombre descubres que tiene grabado el eslogan "sigue buscando"? No tienes más remedio que seguir tus impulsos y adentrarte con más pasión en esta selva humana hasta toparte, definitivamente, con el hombre de tu vida.

¿Tu vida sentimental está más agitada que un ventilador? Quizá los vaivenes no son producto de determinaciones concretas ni de decisiones premeditadas; son simplemente el resultado de tu curso vital. Sea como sea no te dejes arrinconar.

Tras un fracaso sentimental es habitual sentirse acechada por la desdicha, desengañada y desencantada del amor... Pero, afortunadamente, ¡este no es tu caso! Has sabido rehacerte y tomar nuevamente las riendas de tu vida. Y, evidentemente, no vas a dejar de lado el amor y la pasión. Que una historia no fragüe no significa que las próximas no puedan resultar satisfactorias, ¿no? Lo tienes claro y vas a por todas.

Nadie tiene derecho a juzgarte. No esperes la aprobación de nadie. Si has apostado por un estilo de vida y un tipo de amor no busques la confirmación en tu entorno. Las decisiones que tomas libremente sólo deben afectarte a ti.

Si en tus investigaciones y en esa incansable búsqueda del hombre perfecto no descartas los escarceos sexuales, recuerda que es completamente imprescindible que tomes precauciones.

Y, sobre todo, ¡cuidado! cuando inicias una relación de descubrimiento amoroso y no estás dispuesta a comprometerte mucho más allá tienes que ser honesta. Tu eventual pareja tiene que saber qué puede esperar de ti.
Confidencias y secretillos
¡Qué complicado es el amor! El corazón nos impulsa sin remedio hacia él. Pero, en realidad, ¿qué sabe este músculo acerca de la teoría del amor? Él nos guía a través de sentimientos e instintos. Pero ¿hay suficiente? Quizá necesites saber algo más. Quizá el amor sea una cuestión puramente sentimental; aunque lo más probable es que una pequeña dosis de racionalidad no nos venga mal.
Las estadísticas confirman que uno de los valores al alza en la mayoría de parejas es la confianza. Él y ella creen el uno en el otro. Comparten su vida, sus ilusiones, sus proyectos... Viven con la frágil certidumbre de que su felicidad es perpetua.

Las confidencias...
Para romper el hielo en el sutil arte del ligoteo, los pajarillos comienzan interesándose falsamente por la obra y milagros del prójimo. Que si estudias; que si trabajas; que si cantas; que si bailas... Pero, el verdadero aliciente es la conquista.
Si surge la chispa y la historia prospera, el interés real nacerá poco a poco. Entonces comienza el tiempo de las confidencias. En el mismo instante en que nuestro corazón intuye que está naciendo el amor se desprenden las ataduras, se deshacen los lazos, se abren puertas y ventanas, nos relajamos... Dejamos que él nos conozca y penetre en nuestra verdadera personalidad.
¡Perfecto! La verdadera unión sentimental nace del conocimiento mutuo, de la confianza y de la comunicación. Pero... ¡cuidado! No abrumes a tu pareja con un chorro de información. Intenta dosificarla.
Explicar tus cosillas está bien. Pero ya sabes que la comunicación es algo recíproco. Así que abre las orejas y prepárate para escuchar sus confidencias. Y procura ser tan tolerante con él como le exiges que lo sea contigo.

Y esos secretillos...
Sí, sí... la confianza, la comunicación, la franqueza... Eso está muy bien, pero también tiene sus límites. ¡Quizá sea mejor que ciertos secretillos no vean la luz! Él insiste e insiste: ¿cuántos amantes has tenido? ¿soy yo el mejor?... Lo pregunta incansablemente pero... ¿estás segura de que lo quiere saber?
Si piensas que tus respuestas pueden herirlo o derrumbar su ego, apúntate a la estrategia de la evasiva o, sencillamente, miente. Y ¡tranquila! Estas inocentes mentirijillas no te condenaran al fuego eterno.

La lencería... una fina arma de seducción
¡No te lo puedes creer! ¡Parece que esta noche vas a triunfar! ¡Justo hoy que te has vestido precipitadamente con ese conjunto interior tan poco sugerente que te regaló la abuelita para tu santo! Sin duda este chico va a quedar tristemente impresionado cuando debajo de tu imponente vestido aparezca ese conjuntillo de algodón raído. Pero... ¿quién te iba a decir a ti hoy era noche de fuegos artificiales? 
La lencería se ha considerado desde siempre como una de las armas de seducción más eficaces. Los hombres se pirran por la lencería fina. O al menos eso es lo que afirma esos conocimientos populares de los que todas hemos aprendido (y que en ocasiones nos ha desviado tanto del auténtico camino de la sabiduría). Y nosotras no podemos hacer más que complacernos. Porque, en realidad, la lencería también nos seduce a nosotras. Ellas y ellos se rinden al encanto de las más sofisticadas prendas interiores. 

Lencería con encanto
Sin duda, nada tiene que ver la ropa que vistes rutinariamente con la ropa que usas para las noches de placer mayúsculo. En el primer caso prima la comodidad; en el segundo, la seducción. 

Según el tejido: hay quien afirma rotundamente que el algodón es un auténtico freno para la pasión. Pero no te engañes: el algodón también tiene sus encantos. Hay quien puede encenderse inmediatamente ante un cándido e inmaculado dos piezas de algodón. El raso y el satín son otros de los materiales más elogiados por su capacidad de seducción. Pero si se tuviera que escoger un tejido universalmente sexy, éste sería en encaje. 
Según la forma: tampoco en este sentido hay unanimidad. ¿Cuál es la prenda más sexy? Un cubriente body, un minúsculo tanga, un sujetador sugerente, un liguero sujeto con unas insinuantes medias... los gustos determinan cuál es la ropa con mayor encanto. El abanico es amplísimo: tú sólo tienes que seleccionar, probar y elegir aquello que realmente te favorece. 
Según el color: una vez más, elegir el color es cuestión de gustos. El negro y el rojo se han convertido en los dos tonos fetiches de la sensualidad. Pero no existen juicios firmes. Puedes optar por los chirriantes tonos brillantes que últimamente han invadido las pasarelas (rosas, verdes, azules, lilas, naranjas...) o recurrir a los clásicos (blanco, negro, granate, rojo... ) O, simplemente, puedes reservar un tono para cada día.

Ponérsela y... quitársela
La ropa puede tener su encanto pero, en realidad, la gracia la pones tú. Las puntillas y las blondas multiplican su efecto seductor con una música envolvente y unos movimientos sensuales. Si quieres puedes aprender de las grandes maestras del striptease, aunque lo mejor es que improvises al ritmo de la música. 

¿Cuál es la clave del éxito? Aunque te parezca extraño el éxito radica en la naturalidad. Seguramente no es algo que hagas a diario (aunque si le coges el gustillo podrás aficionarte peligrosamente) pero obsequiar a tu pareja con un sensual baile mientras te desnudas te llenará de placer. Para obtener resultados espectaculares debes sentirte cómoda y relajada. Déjate llevar por el momento y no se te ocurra pensar en lo que él debe estar pensando. Lo único verdaderamente importante es que lo estáis pasando divinamente.

¿Y para ellos?
Ellos disfrutan mirando, tocando, poniendo y quitando. Pero... ¿dónde está nuestro placer? No te conformes con ser el objeto de deseo de tu pareja. Pídele que participe en este juego de seducción. Cariño... ¿sabes que la lencería masculina también se ha renovado? Pónselo fácil: acércale algún catálogo que le muestre lo sugerentes y sexys que están esos muchachitos con esas mínimas ropitas. ¡Uummmm! Dile que tu imaginación se desborda cuando piensas en él con esos conjuntillos y pídele que se compre uno inmediatamente. Y si aún no se da por enterado, facilítale el acceso mucho más: cómpralo tú misma y déjaselo sobre la almohada. ¡No se resistirá!

Me gustas mucho tú... y tú, y tú...

¡No tienes remedio! Giras la vista a la izquierda y... aparece un fantástico adonis de belleza arrebatadora que te cautiva. Tuerces a la derecha y... allí está ese hombretón atlético y seductor que te mira apasionadamente. ¡Vista al frente! Y, ¡no me lo puedo creer!... aparece un soberbio poeta que te conquista con sus versos de amor.
No, ¡no tienes remedio! Eres de las que se dicen enamoradizas. Te encandilan con una suave caída de ojos, una medio sonrisa, una voz aterciopelada... Te impresiona un físico imponente y un intelecto desmesurado. No tienes un criterio único. Y, desde luego, tampoco eres excesivamente selectiva: ¡te gustan todos!

Amor fantástico
En realidad, podría decirse que más que de las personas en sí, estás enamorada del amor. Te encanta amar y sentirte amada. Es un sentimiento tan... ¡especial! Ya sabes: el corazón palpita agitadamente, los suspiros se encadenan, el apetito desaparece... ¡aaahhh!
Estos inocentes amores que se encadenan minuto a minuto no le hacen daño a nadie. Y tu imaginación derrocha fantasías e historias. ¡No pasa nada! Claro que tienes que saber imponer un límite. En la mayoría de los casos no resulta difícil distinguir la realidad de la fantasía... pero, en ocasiones, la mente puede extralimitarse.
En realidad estos enamoramientos pasajeros y espontáneos no tienen nada que ver con el amor con mayúsculas. Se trata de caprichitos que normalmente nos concedemos para alegrar la vista y el espíritu. Un sutil coqueteo, un jueguecito de miradas y unas sonrisitas que, efectivamente, no conducirán a ningún resultado ni físico ni psicológico. Es fantasía pura.
Sí, sí... muy bonito, muy romántico, muy de película... pero ¿cuántas de todas estas aventuras ficticias que comienzan en tu mente llegan a materializarse? Quizá este amor tuyo ideal es... irreal. ¡Aterriza! Vale la pena que, de vez en cuando, dejes de vivir en este mundo de fantasía y vivas una aventura real.

Temor y vergüenza: ¡supéralos!

Las relaciones entre hombres y mujeres han pasado por el tamiz de la educación y la socialización. Y el resultado no es siempre satisfactorio. De una educación excesivamente contenida nace la vergüenza, los prejuicios y la represión sexual. Y con este panorama... ¿quién puede disfrutar del sexo? 
A pesar de la abundante información, a pesar de los esfuerzos por normalizar la sexualidad y convertirla en una fuente de placer, a pesar de la ardua tarea de erradicar la asociación entre sexo y pecado... los sentimientos de rechazo hacia ciertas actitudes y comportamientos sexuales perduran.
Y... ¿qué sucede si la única opción válida para una pareja es el sexo más clásico? Si creéis en la virginidad antes del matrimonio, si apostáis continuamente por la postura del misionero, si rechazáis cualquier opción sexual que no tenga como finalidad la procreación... ¿qué sucede? Si ésta es vuestra opción meditada y a ambos os convence y os satisface, no existe ningún problema. El remordimiento no debe acompañar jamás al sexo. Evidentemente, las cosas cambian si la decisión de ahuyentar la imaginación y la innovación de vuestra vida sexual es consecuencia de una educación que os ha cortado las alas.
Existen muchas personas a las que todavía avergüenza el sexo. Si eres de las que están limitadas por una educación represiva, tienes varias opciones:

·  Intentar derrumbar tus prejuicios... pero no lo hagas para satisfacer a los demás, sino para sentirte a gusto contigo misma. Analiza los tabúes con los que has vivido hasta hoy y atrévete a fulminarlos.
· Elimina tus sentimientos de culpabilidad. Nada de lo que hagas voluntaria y conscientemente debe suponerte un problema. Hay libertad total, siempre que exista consentimiento y aceptación libre por ambas partes.
·  Tómate tu tiempo. No quieras erradicar en un instante lo que tu mente ha almacenado durante años. La educación es un proceso largo y los cambios que se quieren introducir en las conductas sedimentadas son lentos. Ten paciencia y, sobre todo, ¡exige paciencia!
·   Pide ayuda. Si los temores y los prejuicios que te asaltan y te hacen infeliz están tan arraigados que crees imposible deshacerte de ellos, recurre a un profesional. No debes avergonzarte si necesitas recurrir a un psicólogo o a un sexólogo para solventar tus dudas.
·  Necesitas la cooperación de tu pareja. Él o ella deben comprenderte y respetar tus miedos. Pídeles que te ayuden a superarlos, pero no dejes que los demás impongan su ritmo.

Juega con la mente y con el cuerpo

Hay quien afirma que la sexualidad es un instinto animal que responde a la necesidad biológica de perpetuar la especie. Pero... en este innato y biológico proceso ¿cuál es el papel de los juegos eróticos? La sexualidad y el erotismo no tienen nada que ver desde el punto de vista biológico, pero a nivel cultural... 
¡Todo cambia! El sexo es un ámbito condicionado socialmente. Cada cultura impone un determinado comportamiento sexual. Una mujer pasiva y un hombre activo: este ha sido el canon habitual en las relaciones de pareja. Y para alterarlo en infinidad de ocasiones hombres y mujeres han recurrido a la imaginación. En la actualidad, los roles sexuales se han difuminado muchísimo y, sin embargo, las fantasías siguen. ¿Por qué? Las fantasías son un estímulo para la sexualidad.

Al principio...
Acabas de conocer a alguien que te ha seducido a primera vista... y, en principio, parece que la novedad debería ser suficiente. Pero... las fantasías surgen inmediatamente. Si realmente has quedado prendada no dejas de imaginar qué podéis hacer juntos y cómo. Sin limites. Sin vergüenza. Sin censuras. Quizá jamás llegarás a intimar con él, pero tu imaginación ya se ha puesto a trabajar.

Para romper con la rutina...
La pasión ha florecido y las fantasías no tienen porqué cesar. Nada impide que las aventuras reales se complementen con las historias ficticias. Cuando la pareja ha llegado ya a acomodarse en una cierta rutina... la fantasía se convierte en el mejor estímulo para la innovación. Recurrir a los más calientes recovecos que propone nuestra mente puede ser un sencillo y práctico método para lograr que no decaiga el ímpetu del amor. ¿Con qué sueñas, amor? Deja de soñar y... ¡vívelo! Cuando la confianza ya ha fraguado completamente es el momento de liberar completamente todos los impulsos sexuales; siempre que sea un juego en el que ambos participen voluntariamente. Y siempre que el placer sea mutuo. 

Con un desconocido...
Puede que tu mente elucubre y trajine con las personas que conoces pero ¡nadie puede ponerle límites! Un desconocido que se cruza contigo en la calle, el cartero, tu actor favorito, tu profesor... cualquiera puede convertirse en el protagonista absoluto de aventura imaginaria.

¿Hay límites para las fantasías eróticas?
Los paraísos eróticos a los que nos transporta consciente o inconscientemente nuestra mente son un oasis de placer. O por lo menos así debería ser. Las fantasías sólo tienen un límite: el propio placer. En el momento en que un sueño no produce bienestar se convierte en una fantasía perniciosa.

Hay mas trucos, pero si te cuento todos, sabrás tanto como yo. Y eso es un gran error de seducción… De todas formas, en la página de © Academia Mundial de Arpías Lupe Sino hay unos trucos que no por desenfadados son menos efectivos:

No hay comentarios:

Publicar un comentario